El kirchnerismo nació de las cenizas de la fenomenal crisis
política y económica de finales de 2001. Un país sumido en el “infierno”, como
lo definió alguna vez el fallecido Néstor Kirchner.
El 25 de mayo de 2003 el gobernador de Santa Cruz se
convirtió en Presidente con el 22,7 % de los votos, tras bajarse Carlos Menem
del ballotage, a pesar de haber triunfado en la primera vuelta.
El hombre llegado del sur, dejó en claro el rumbo a seguir
al decir “No voy a dejar mis principios afuera de la Casa Rosada” , y comenzó
la purga a las cúpulas militares en un
proceso que posibilitó la reapertura de los juicios contra los responsables de
los hasta entonces impunes crímenes de la última dictadura.
En un acto multitudinario y cargado de evidente emoción en
la ESMA, Nestor ordenó sacar los cuadros
de los ex presidentes de facto, Jorge Videla y Reynaldo Bignone, del Colegio
Militar, acentuando su posición para con la dictadura militar, bandera que
llevaron adelante las diversas organizaciones sociales quienes exclamaban “
bajando un cuadro formaste a miles”
Kirchner devolvió al
país a la senda de crecimiento, con el aporte desde el Palacio de Hacienda de
Roberto Lavagna y el consenso de sectores gremiales afines, logrando instaurar
la negociación y el diálogo a partir de dos medidas que favorecieron a los trabajadores: la reapertura de las
paritarias salariales y el retorno del Consejo del Salario Mínimo.
Se distanció de Duhalde en el 2005, tras derrotar CFK a
Hilda Chiche Dualde, por una banca en el senado bonaerense, construyo un poder
hegemónico dentro del peronismo al efectivizar las relaciones con los
dirigentes del partido sin la participación de intermediarios, Nestor atendía a
todos.
La mayoría automática en el Congreso le permitió a Kirchner
obtener la sanción de la ley de emergencia económica con delegación de
facultades y decretos de necesidad y urgencia, que le valió la acusación de la
oposición de implantar un estilo “autoritario”
En 2007 logró medidas de fuerte intervención en la economía,
con discursos de tinte populista.
El pingüino mantuvo tensas relaciones con empresarios, con
la Iglesia , sectores de la prensa, y hasta con Estados Unidos, con su alianza
regional que hizo con Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia) y Fidel
Castro (Cuba), entre otros, para rechazar la propuesta de George Bush (h) de
crear una zona libre de Comercio (ALCA). Fue en aquella recordada Cumbre de las
Américas realizada en Mar del Plata, en el 2005, donde el Venezolano arengó, “
ALCA, ALCA, AL CARAJO”
Durante su mandato se desató un serio conflicto con Uruguay
por la instalación en el país vecino de plantas papeleras. El conflicto llegó
hasta la Corte de La Haya mientras que en Gualeguaychú cortaron el paso por
mucho tiempo a Fray Bentos.
Marcó una clara diferencia con la oposición a quienes nunca
recibió en la Casa Rosada- y, en ese camino, fracasó en su intento por lograr
una concertación “transversal” alimentada por aliados de sectores progresistas
como el socialismo y los denominados “radicales K”.
“La presidencia de
Néstor Kirchner fue fundacional. Se recuperaron los empleos perdidos. La
negociación de la deuda fue muy beneficiosa. Y hubo un período de gran
crecimiento a tasas chinas”, destacó a Efe el economista Ramiro Castiñeira, de
la consultora Econométrica.
Cristina Kirchner triunfó con el 51 por ciento de los votos,
acompañada por el radical Julio Cobos
Los sucesivos conflictos del Gobierno, detonados a partir
del enfrentamiento con el sector agropecuario en 2008, fueron minando la imagen
del matrimonio presidencial.
Este declive quedó en evidencia en las legislativas de 2009,
cuando Kirchner sufrió un duro revés como cabeza de la candidatura oficialista
a diputados en la provincia de Buenos Aires frente al empresario Francisco de
Narváez, que comenzaba a dar sus primeros pasos en política. En la lista del
Frente para la Victoria también estaba el gobernador Daniel Scioli, con una
especie de candidatura testimonial.
En el 2010, más precisamente el 27 de Octubre, muere de un
paro cardíaco en Rio Gallegos, Nestor Carlos Kirchner.
Kirchner, a quien consideraban entonces el auténtico
Presidente en la sombra, dejó un vacío que hizo temer a algunos por la propia
gobernabilidad del país. Sin embargo, Cristina supo sobreponerse y en pocos
meses recuperó varios puntos en su imagen.
En las presidenciales de octubre de 2011, logró la
reelección con un impactante 54 por ciento de votos, aunque su segundo mandato
estaría marcado por una popularidad en declive debido a un estilo de
confrontación permanente y una economía estancada.
Cristina Fernández concentró la toma de decisiones en un
limitado círculo de hombres de confianza, se recostó en la agrupación juvenil
La Cámpora, liderada por su hijo Máximo, y radicalizó el rumbo del gobierno con
polémicas medidas, como el cepo cambiario y las restricciones a las
importaciones.
Con una economía global en problemas y sin hacer los ajustes
necesarios “a tiempo”, según economistas, el segundo mandato de la Presidenta
que deja el poder ha estado marcado por una desaceleración económica y un
estancamiento en la creación de empleo y la reducción de la pobreza, de las
cuales nunca hubo datos oficiales precisos.
Si el kirchnerismo sacó al país del infierno en que cayó en
2001, el escenario actual, con elevado déficit fiscal, caída drástica de
reservas y una olla a presión en materia cambiaria, está muy lejos del cielo,
creen desde la oposición, sectores empresarios y hasta sindicalistas.
Para muchos Cristina se fue alejando de la buena gestión de
Néstor. En su segundo mandato los superávit se convirtieron en déficit fiscal,
comercial y energético.
El gobierno de Cristina Fernández le dejará de herencia a la
próxima administración un total de 60 programas sociales que superan los 18
millones de beneficios y que comprometieron durante 2015 un presupuesto de 180
mil millones de pesos. Los planes sociales fueron sus fuertes vínculos con los
sectores más necesitados.
Según publica la Anses hay actualmente “3.363.602” asignaciones Universales por Hijo y las
Asignaciones Familiares benefician a “3.059.939” personas, siendo la provincia
de Buenos Aires en ambos casos, como el distrito que concentra el mayor
porcentaje de beneficiarios.
La derrota electoral en las legislativas del 2013 a manos de
Sergio Massa, fue un llamado de atención para una presunta eternización en el
poder. La muerte del fiscal Alberto Nisman, en enero de 2014, que la quería
llevar a los tribunales por el acuerdo con Irán, fue el inicio del fin, según
algunos analistas políticos.
El kirchnerismo supo construir durante doce años de gobierno
“enemigos” en vastos sectores que pendularon entre el Fondo Monetario, el
campo, el cardenal Jorge Bergoglio -una relación que cambió cuando fue
designado como el primer Papa argentino-, los políticos opositores, los
militares, los periodistas, el Poder Judicial, los empresarios y hasta un juez
de Nueva York -Thomás Griesa por la sentencia de éste a favor de los fondos
buitre-, integrando la lista de virtuales adversarios políticos.
En su último discurso ante la ONU en septiembre pasado, como
despedida de una gestión plagada de desencuentros, la Presidenta criticó a su
par estadounidense, Barack Obama, por no colaborar en la provisión de
información para dar con el paradero del ex agente de Inteligencia Antonio
“Jaime” Stiuso, a quien el Gobierno vincula con el asesinato del fiscal que
designó el ex presidente Kirchner para investigar el atentado a la AMIA.
El kirchnerismo que,
derrotado en las urnas, se lamenta ante el traspaso del poder a Mauricio Macri
mientras se debate entre su ocaso definitivo, o en pergeñar la forma de
consolidar su poder para conseguir volver a la Casa Rosada.