El gobierno ya redactó la medida
y la anunciaría antes de que finalice esta semana. El dólar se ubicaría entre
los $14 y $15.
Mauricio Macri en sus primeros
días como presidente de los argentinos: cumplió con una de sus promesas de
campaña: retenciones cero para el agro y la industria. Un beneficio impositivo para
los sectores, que también abogaron por
la liberación del cepo y la modificación del atrasado tipo de cambio.
Tal como prometió Macri el lunes,
ante empresarios, ayer trascendió que el Banco Central (BCRA), presidido por
Federico Sturzenegger, ya tiene listas las normas para, entre hoy y el viernes
abrir la canilla de dólares y devaluar, Pero para cumplir con este objetivo,
las autoridades económicas esperan el ingreso de divisas, ya sea por parte de
los bancos internacionales (que se comprometieron a aportar cerca US$ 7000 millones),
o de los swap chinos.retrotrayendo la situación a fines de 2011, cuando el
kirchnerismo instaló el cepo.
Para llevar a cabo esta ecuación, el Central que, según los
especialistas, hoy dispone de poco más de US$ 6 mil millones de divisas
líquidas, necesitaría “entre US$ 20 y US$ 25 mil millones”, analizó Cuello, y
deslizó una hipótesis que ya baraja el equipo económico de Macri: que para
recuperar el atraso cambiario, el dólar tendría que estar “entre $ 14,50 y $
15”, con una devaluación cercana al 40% que podría trasladarse a los precios de
la ya encarecida Canasta Básica.
Este paquete de medidas (retenciones cero + liberación del
cepo + actualización del tipo de cambio) es el que, durante los años duros del
kirchnerismo, reclamaron sectores como el de las economías regionales, para
recuperar la rentabilidad y competitividad perdida con el gobierno anterior.
Los productores esperan esa devaluación para vender los cereales retenidos en
los silobolsas y aportar los dólares que
necesita el gobierno.
La liberación del cepo, en tanto, normalizaría la compra de
productos importados y la salida de divisas; mientras que la unificación del
tipo de cambio, además, significaría el fin del dólar ahorro y tarjeta, por
ejemplo.
Las medidas apuntan a
buscar una salida a la lamentable herencia que dejó el kirchnerismo, con un
Banco Central flaco de reservas y endeudado (que negocia achicar el desfalco de
$70 mil millones comprometidos por su extitular, Alejandro Vanoli, a través de
la venta de dólar futuro), que emitió pesos sin límites para financiar un
déficit que algunos colocan en el 10% del PBI, aumentando, de ese modo, la tasa
inflacionaria; y con sectores de la producción al borde de la quiebra. Desactivar
esta bomba tendrá sus costos. Será tarea del nuevo gobierno evitar que estalle
o, en su defecto, impedir que lastime a los más vulnerables, que de hecho son
quienes más sienten el ajuste y fueron quienes recibieron la atención del
gobierno saliente.