Todas las denuncias apuntan al accionar de un grupo de
violentos, que hostiga a los vecinos
Los problemas vienen desde hace años y lo que pasó el
domingo a la noche podría haber ocurrido mucho antes, según cuentan en ese
barrio, el San José Obrero de Berisso. Los responsables supuestamente ya habían
sido denunciados, pero seguían en la calle. Al final la tensión estalló en las
últimas horas y derivó en que cuatro personas fueran baleadas. Una todavía
sigue grave. Recién después del incidente hay pedidos de detención.
El contexto de esta trama es el de una zona humilde, donde
todos se conocen: los rencores o problemas entre vecinos difícilmente se
diluyen con el correr del tiempo. Lo que pasó en la manzana 5 de ese complejo
fue uno de esos casos: víctimas y agresores conviven a menos de 100 metros.
“A mi familia la acusan de haber matado un caballo que era
de esta gente. Fue hace años y desde siempre buscan revancha. Permanentemente
vienen, nos dicen de todo y nos amenazan con armas”, contó Silvina (21), la
hija de uno de los heridos.
Uno de los antecedentes más recientes fue hace sólo diez
días, cuando a un primo de la chica lo atacaron con una pistola que disparaba
perdigones. Diez de esos proyectiles le pegaron en el cuerpo, según el relato
de la joven.
Aquél episodio fue denunciado ante la Policía, alertó
Silvina, pero no obtuvieron la respuesta que esperaban, que era la captura del
tirador. En los días siguientes el conflicto continuó.
“SON COMO 10”
Los aparentes agresores serían “un hombre de 40 años y sus
hijos de 17 y 18. Pero además tienen una barra de ocho o diez más, que
responden a ellos”, señaló la chica, en diálogo con EL DIA.
Según lo dicho por ella, su costumbre es la de hostigar
adultos con armas y la de golpear a los chicos que ven en la calle, siempre
contra la misma familia.
La pelea que peor terminó, la del domingo, se originó cerca
del mediodía de esa jornada. “El hombre estaba muy alterado y nos vino a decir
de todo. Mis papás, para no tener más problemas y evitarlo, se fueron a la
playa. Pero tuvieron que volver cuando se enteraron de que habían amenazado con
una pistola a la hermana de mi cuñado”, continuó Silvina.
Por ese motivo, cuando ya era la nochecita, todos volvieron
a la casa 150 de esa manzana, donde viven. Otra vez se produjo un nuevo choque
con los vecinos hostigadores, que directamente se tradujo en disparos.
Los proyectiles le generaron lesiones severas en el bazo,
los intestinos y en un costado de la columna vertebral. Su estado fue delicado
desde un comienzo y mereció una intervención quirúrgica en el hospital de
Berisso.
Pero también hubo tres heridos de bala que no tenían nada
que ver con el conflicto. Uno de ellos fue Manesio Rolón, de unos 20 años, que
es un allegado a la familia, pero que simplemente pasaba en su moto rumbo a lo
de su novia.
Más ajeno aún a toda la pelea barrial está una pareja que
volvía de un cumpleaños. A ambos también los lastimaron a tiros. Para su
suerte, ellos dos más el otro muchacho están fuera de peligro. Y Pereyra está
mejorando de los dos tiros, aún internado.
La tensión continúa. Al parecer, luego de los peritajes
policiales fue que se pudo identificar a los tiradores. Ayer había un pedido de
captura contra los sospechosos, pero cuando los agentes los fueron a buscar no
los encontraron.
En paralelo, “ellos están como si nada”, graficó Silvina,
todavía preocupada ante la chance de que se produzcan nuevas amenazas.
“Andan siempre armados y tiran a matar, no les importa nada.
Si no los meten presos, va a terminar alguien muerto. A la noche no sé cómo
vamos a hacer”, se preocupó la chica cuando caía la tarde.
(EL DIA)